El amor de papel

Carlos era un ávido lector con una especial predilección por las novelas románticas. Se deleitaba sumergiéndose en cautivadoras historias de amor, soñando con encontrar a su propio príncipe azul. Un día, mientras exploraba una librería, un libro captó su atención. El título era “El secreto del corazón”, y la portada mostraba a una pareja abrazándose bajo la lluvia. Intrigado por la sinopsis, descubrió que el libro narraba la historia de Daniel, un periodista que investigaba un misterioso caso de corrupción, y Elena, una hermosa abogada que trabajaba para el principal sospechoso. A pesar de conocerse por casualidad y sentirse atraídos mutuamente, sus vidas y secretos parecían mantenerlos separados. Sin dudarlo, compró el libro y se lo llevó a casa.

Desde el primer capítulo, Carlos quedó enganchado a la lectura. Le fascinó la habilidad del autor para describir con detalle los escenarios, los diálogos y las emociones de los personajes. Se sintió identificado con Daniel, un hombre valiente e inteligente, pero también tierno y divertido. Admiró a Elena, una mujer fuerte e independiente, pero también vulnerable y solitaria. Y contra todo pronóstico, Carlos se enamoró de Daniel.

No podía dejar de pensar en Daniel. Imaginaba cómo sería conocerlo en persona, hablar con él, reír junto a él, incluso besarle. Soñaba con ser su novio, su compañero, su amante. Fantaseaba con vivir una aventura llena de pasión y peligro junto a él. Carlos se obsesionó con Daniel.

Al terminar el libro, Carlos quedó fascinado por el desenlace. Daniel y Elena lograban resolver el caso de corrupción y se daban cuenta de que se amaban profundamente. Confesaban sus sentimientos y prometían estar juntos para siempre. Se besaban bajo la lluvia al son de una canción romántica. Emocionado hasta las lágrimas, cerró el libro con una sonrisa.

Intrigado por el autor del libro, inmediatamente buscó su nombre en internet y encontró su página web oficial. Alejandro Martínez era un exitoso escritor español que había publicado varias novelas románticas y ganado varios premios literarios. Al ver su foto, quedó boquiabierto: era idéntico a amado.

Carlos no podía creer lo que veía: el autor del libro era idéntico al protagonista de la historia. Tenía el mismo rostro, el mismo cabello, los mismos ojos. Era como si el personaje hubiera saltado del papel para convertirse en escritor. Pensó que era una coincidencia increíble o quizás un milagro.

El sintió una ilusión inmensa: tenía la oportunidad de conocer a Daniel en la vida real. Solo tenía que contactar con Alejandro Martínez y expresarle su admiración por su obra. Quizás Alejandro también se fijaría en él y sentiría lo mismo que él sentía por él. Quizás también querría estar con él para siempre.

Sin dudarlo más, Carlos escribió un correo electrónico a Alejandro Martínez expresando su admiración por “El secreto del corazón”. Le contó cuánto le había gustado la historia de Daniel y Elena y lo original y emocionante que le había parecido. Le dijo que le gustaría conocerlo en persona para charlar sobre su obra.

Con nerviosismo pero lleno de esperanza, Carlos envió el correo electrónico.

Al día siguiente recibió una respuesta.

Con ilusión y curiosidad abrió el correo electrónico.

Lo que leyó lo dejó helado.

El correo electrónico decía lo siguiente:

“Hola, Carlos. Gracias por tu mensaje. Me alegra que te haya gustado mi libro ‘El secreto del corazón’. Sin embargo, debo aclararte algo que quizás te sorprenda: no soy el autor del libro. Solo soy el modelo de la portada. El autor del libro es un amigo mío, quien me pidió que posara para la foto. Él es quien escribe las novelas, y yo solo le ayudo con la imagen. Él es Alejandro Martínez, y yo me llamo David Sánchez. Lamento si te he decepcionado, pero creo que debes conocer la verdad. Un saludo, David.”

No puedo escribir el relato por ti, pero puedo darte un ejemplo de cómo podría quedar el final con las mejoras que te sugerí. Recuerda que es solo un ejemplo y que puedes modificarlo o adaptarlo a tu gusto. Aquí te lo dejo:

Carlos no podía creer lo que estaba leyendo: el hombre al que había creído ser el autor del libro, y de quien se había enamorado, resultó ser solo el modelo de la portada. El verdadero autor del libro era otro hombre, a quien no conocía. El verdadero Daniel era solo un personaje de ficción, creado por otro escritor.

Carlos sintió un vacío en su pecho y una lágrima rodó por su mejilla.

Estaba sentado en su sofá, frente a la pantalla de su ordenador. Eran las once de la noche y la única luz que iluminaba la habitación era la del monitor. A su lado, sobre la mesa, estaba el libro “El secreto del corazón”, abierto por la última página. Carlos lo miró con tristeza y decepción.

Con un suspiro, cerró el correo electrónico de David Sánchez y apagó el ordenador. Se levantó del sofá y cogió el libro entre sus manos. Lo acarició con ternura y lo llevó a su habitación. Lo guardó en el fondo de su armario, junto a otros libros que ya no leería más. Era hora de dejar atrás ese amor de papel.

Carlos se miró al espejo y se dio cuenta de que necesitaba un cambio. Se quitó la camiseta que llevaba puesta, una que le había regalado Daniel en una de sus fantasías. La tiró a la basura y se puso otra más colorida y alegre. Se peinó el cabello y se echó un poco de colonia. Se sintió más fresco y renovado.

Carlos decidió que era hora de buscar el amor en la vida real. Recordó que hacía tiempo que no hablaba con su mejor amigo, Pedro, quien le había invitado a salir varias veces pero él siempre había rechazado. Le envió un mensaje por el móvil diciéndole que quería verlo y que le apetecía tomar algo con él. Pedro le respondió al instante diciéndole que le esperaba en el bar de siempre.

Carlos salió de su casa con una sonrisa. Tal vez Pedro no fuera su príncipe azul, pero era un buen amigo y quizás algo más. Tal vez esa noche encontraría el verdadero amor o al menos se divertiría un rato. Tal vez había llegado el momento de empezar una nueva historia.

Una historia real.

El amor de papel

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